TRATAMIENTO DE RESCATE - DESMONTANDO LOS MITOS

Al tratarse de una cuestión íntima, es normal que se siente incómodo hablando de sus síntomas o de las opciones de tratamiento del cáncer de próstata.

Sin embargo, con la amplia gama de tratamientos de la que dispone y los diversos resultados y efectos adversos que esos tratamientos pueden provocar en los pacientes con diferentes estilos de vida, ahora es más importante que nunca que hable con confianza y sin miedo con el especialista, para que le pueda presentar las opciones disponibles, algunas de las cuales ofrecen mucho mejores resultados a nivel de función sexual e incontinencia.

Reflexiones cerradas

Por ejemplo, hay muchos pacientes a los que se les dirigirá hacia una cirugía, la llamada prostatectomía radical. Ha sido el tratamiento principal para el cáncer de próstata durante muchos años. Aunque existen estudios que demuestran que la prostactomía radical, incluso con avances como la cirugía robótica, produce más disfunciones a nivel sexual y de incontinencia urinaria, frente a la vigilancia activa o la radioterapia radical. Además, muchos pacientes de prostactomía radical siguen recibiendo otras tratamientos a largo plazo.

​For example, many patients will be guided towards surgery, also known as radical prostatectomy. It has been the default treatment for prostate cancer for many years. Yet studies have shown that radical prostatectomy – despite advancements such as robotic surgery – has the greatest impairment of sexual function and urinary continence when compared with active monitoring and radical radiotherapy. In addition, many radical prostatectomy patients go on to have further treatments at a later stage.

Braquiterapia de alta dosis (HDR)

La braquiterapia puede ser tanto un único implante fijo que va emitiendo radiación de baja dosis (LDR-B) o un implante temporal que emite una tasa de radiación más elevada en varias sesiones (HDR-B). La braquiterapia HDR NO emite una mayor dosis total a la próstata.

Ambas técnicas emiten elevadas dosis de radiación localizada en la glándula prostática. 

Las investigaciones llevadas a cabo originariamente en hospitales de formación del NHS (2019), según las publicaciones de Elsevier en Journal of Clinical and Translational Radiation Oncology, revelaron que los hombres con cáncer de próstata de riesgo intermedio o elevado que han sido tratados con braquiterapia de dosis baja reforzada con radioterapia de Haz Externo (LDR-EBRT) consiguen un mayor control efectivo del PSA en un periodo de cinco años que los hombres que han sido tratados con un tratamiento de braquiterapia de alta dosis (HDR-EBRT). Este estudio demostró que los pacientes tratados con HDR-EBRT tenían dos veces más de probabilidades de tener cáncer persistente tras el tratamiento que los que habían sido tratados con LDR-EBRT.

El escalado de dosis de la radiación ha resultado ser eficaz para mejorar la supervivencia libre de progresión bioquímica (bPFS), o mejora del control de PSA, en cáncer localizado de próstata. El escalado de dosis se puede realizar de varias maneras: mediante mejoras técnicas en la Radioterapia de Haz Externo (EBRT) como tratamiento único, mediante braquiterapia, o mediante una combinación de ambas. Uno de los estudios más importantes realizados en la nueva era del tratamiento de cáncer de próstata de riesgo intermedio y alto comparaba la EBRT por sí solo y la combinación LDR+EBRT. Se comprobó que la incorporación de la braquiterapia LDR mejoraba significativamente los resultados frente a la EBRT por sí sola (ref). No se ha realizado ningún estudio equivalente con la braquiterapia HDR.

Desmontando mitos

Si los comparamos, la braquiterapia de dosis baja (LDR-B) ha resultado ser mucho más eficaz para los pacientes de cáncer de próstata durante más de dos décadas. Además de ofrecer resultados mejorados en relación a la función sexual y a la incontinencia, según los datos del grupo de estudio de resultados del cáncer de próstata, la LDR-B consigue que >95% de los pacientes no enfermen en un periodo superior a los 15 años.

La braquiterapia ha evolucionado significativamente durante las últimas dos décadas y, hoy en día, ofrece un tratamiento de radioterapia dirigida muy eficaz, mejorando el ya excelente control de la enfermedad, sin provocar pérdida de potencia ni problemas de incontinencia. 

La braquiterapia de baja dosis (LDR-B) es una forma interna de radioterapia que lleva la introducción de cápsulas radiactivas minúsculas, llamadas semillas, en la misma glándula prostática. Se implanta solo en la localización diana del tumor, por lo que la radiación mata las células cancerígenas sin dañar las células saludables del entorno. Las semillas, de tamaño de un grano de arroz y que contienen radiación, pasan por unas agujas finas y se colocan directamente dentro de la glándula prostática. Al no tratarse de una cirugía mayor estará máximo 1 día ingresado. En general, la braquiterapia LDR no suele dar lugar a complicaciones, y la mayoría de los hombres vuelven a las actividades previas al tratamiento en un par de días.

Braquiterapia en 4D

La braquiterapia en 4D es una técnica de implante en tiempo real, más rápida y sencilla que utiliza un escáner de diagnóstico rutinario para calcular la cantidad de semillas que se necesitan para el implante LDR-B. El proceso proporciona un tratamiento mejor centrado y, mediante una sencilla intervención, una mejor experiencia para el paciente. La sustitución de uno de los pasos de la intervención tradicional que se realiza en el quirófano (bajo anestesia general) por una sencilla intervención ambulatoria realizada como parte del diagnóstico de cáncer de próstata rutinario mejora significativamente el proceso. 

Tratamiento de rescate

Otra pregunta que nos plantean a menudo los pacientes es la recurrencia. ¿Cuál de las opciones de tratamiento evita que el cáncer reaparezca? Existe la falsa creencia de que los pacientes que inicialmente optaron por la LDR-B no pueden tener tratamiento de rescate en una etapa posterior. Aunque no es cierto, mucha gente piensa que los altos niveles de toxicidad del tratamiento y la dificultad de realizar la intervención puede impedir su seguimiento. En realidad, el 95% de los pacientes que se decantan por el tratamiento LDR-B han llegado a estar más de 15 años libres de enfermedad.

Y, en las raras ocasiones en las que reaparece la enfermedad, siempre cabe la posibilidad de recurrir a la cirugía. La prostatectomía robótica de rescate parece ser un tratamiento fiable con buenos resultados oncológicos y tasas de continencia aceptables. Sin embargo, debería considerar otras opciones de tratamiento, como el puntero implante LDR-B, la braquiterapia HDR y la terapia hormonal, en la que los pacientes se someten a tratamientos poco invasivos para tratar cualquier reaparición de la enfermedad.

Conclusión

Podemos concluir que existen múltiples tratamientos iniciales y opciones de rescate para los pacientes de cáncer y que la selección informada es fundamental. La prostatectomia radical no es la única opción definitiva y curativa. Sin embargo, los pacientes deberían solicitar información más precisa sobre los pros y los contras de todos los tratamientos, desde la intervención hasta los resultados a corto y largo plazo.

Obtener toda la información es la única manera de elegir la mejor opción de tratamiento adaptado a cada persona.

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